Web 3.0: ¿cómo las identidades virtuales se relacionan con la red del futuro?

El quiénes somos en los espacios virtuales será decisivo en la web del futuro, que apunta hacia la personalización de la experiencia online de los usuarios.

El quiénes somos en los espacios virtuales será decisivo en la web del futuro, que apunta hacia la personalización de la experiencia online de los usuarios.

 

 

La Web 3.0 es un concepto similar a la idea de “última frontera”, aplicado, por supuesto, al Internet. Se trata de una tecnología en desarrollo relativamente nueva de la cual es poco lo que se sabe y, aun así, logra emocionar al mundo de la innovación por su capacidad de cambiarlo todo.

 

Esta nueva faceta del Internet se caracteriza por el uso de la tecnología blockchain o cadena de bloques. El término se refiere a un mecanismo de almacenamiento que consta de una base de datos la cual permite registrar operaciones digitales o información general de manera transparente, segura y descentralizada en múltiples servidores de todas partes del mundo. Todo esto sin la necesidad de acudir a servidores intermediarios o terceros, como sucede en la Web 2.0, la más usada actualmente, y su predecesora, la 1.0.

 

Lo anterior, a su vez, garantiza a los usuarios que la propiedad de sus datos e identidad pertenece a ellos y no es compartida con estos intermediarios como Google o Facebook. Cada uno tendría así una identidad virtual propia, e inigualable si se usa un Usavatar, en la que el poder absoluto sobre sus datos recae únicamente en los usuarios gracias a esta tecnología.

 

La identidad virtual permitiría, además, facilitar el proceso de autentificación como usuario y la unificación del acceso a la extensa batería de aplicaciones que el inmenso alcance de la nueva Web engloba.

 

¿Qué es una identidad virtual?

 

En la vida real, fuera de los espacios digitales, el concepto de identidad se refiere a una serie de datos, cualidades y características, entre otros, únicos e intransferibles que permiten reconocer un sujeto y diferenciarlo de otro.

 

Aplicado a la tecnología, esta identidad, digital, hace referencia a una forma de relacionarse con el espacio virtual que permite a los usuarios ser reconocibles no solo por los algoritmos e inteligencias artificiales del sistema, sino también por otros internautas. Esto mediante el acceso a los datos que la persona proporcione, y que haga públicos en algunos casos, los cuales dependen siempre de la decisión del usuario con respecto a quién quiere ser en la red.

 

Actualmente, estos datos referentes a nuestra identidad virtual son almacenados, en su mayoría, por las redes sociales y otros sitios web o terceros y, por lo tanto, es información que los usuarios no pueden poseer ni administrar, por más que esta se refiera a ellos. Todo esto, sin embargo, está cambiando con la web del futuro.

 

¿Cómo se relaciona la identidad virtual con la nueva Web?

 

Gracias a la mencionada tecnología de blockchain, los datos e información que conforman las identidades virtuales ya no necesitarían ser almacenados en grandes edificios de servidores como los de Amazon, Google o Facebook. En su lugar, toda la información financiera, de inicio de sesión, etc. sería registrada de manera descentralizada en distintos servidores alrededor del mundo.

 

Al no tratarse de un proceso de almacenamiento en un solo servidor que se apropie de la información que registra referente a la identidad virtual del usuario, esta tecnología hace que guardar datos sea una tarea mucho más segura.

 

Pero la relación entre las identidades virtuales y la Web 3.0 no remite únicamente a factores como la seguridad de almacenamiento y propiedad del usuario sobre los datos que se registran. La personalización es otro de los puntos de encuentro claves que estos conceptos comparten.

 

Día a día las personas consumen un flujo de contenidos que se ajustan a sus necesidades y preferencias a la vez que evitan enormes cantidades de información irrelevante para ellos.

 

Lo anterior gracias al desarrollo de algoritmos y la operación humana que se encargan de la curación del contenido que llega al usuario mediante el estudio de la identidad virtual que este construye con la información que consume y/o deja de consumir.

 

Con el avance de las nuevas tecnologías en el campo de la Web 3.0, varias compañías, entre ellas Google, han incursionado en el desarrollo e investigación de inteligencias artificiales capaces de aprender más rápido y, con ello, hacer más precisa esta curación de contenido.

 

Además de aportar aún más valor a la navegación y hacerla más fluida, gracias a la tecnología de la nueva Web, las inteligencias artificiales también aumentarían su precisión para distinguir entre identidades reales y bots, al igual que datos buenos y malos.

 

Por ello es de vital importancia una identidad virtual personalizada; acorde a los datos, preferencias y necesidades del usuario de manera precisa; para así poder aprovechar al máximo las ventajas que la Web del futuro ofrece.

Compartir:

Facebook
Twitter
LinkedIn
No Comments

Post A Comment

artículos más populares

Lo Último

Suscribete a nuestro Newsletter

No te enviaremos spam, sólo información sobre nuevos artículos.

Categorias

Entérate

artículos relacionados